lunes, 31 de octubre de 2011

Yo (dice el Señor), Soy tu Consolador, no temas al hombre.

              Devocional # 64                   31 octubre 2011

Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor del hombre, que es mortal, y del hijo del hombre, que es como heno? Y te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente del furor del que aflige cuando se disponía para destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige?
Isaías 51:12-13

Tomemos este mismo versículo como la porción de hoy. No es preciso amplificarlo. Tú, que tiemblas, léelo, créelo, nútrete de él, y pide al Señor su cumplimiento en tu vida.

Después de todo, a quien temes es un mero hombre; el que promete confortarte es Dios, tu Hacedor, tu Salvador, el Creador del cielo y de la tierra y del universo. Su consuelo infinito sobrepasa un peligro limitado.

El furor del que aflige es el furor de un hombre mortal, que termina como el soplo de sus narices. ¿Por qué, pues, estamos atemorizados de un hombre que es tan débil como nosotros?

No deshonremos a nuestro Dios haciendo del hombre apocado un Dios. Podemos hacer del hombre un ídolo, para temerle,  para rendirle un amor exagerado. Tratemos a los hombres como hombres y a Dios como Dios, y entonces seguiremos pacíficamente la senda del deber, temerosos del Señor, y no temerosos de los hombres.

Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
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martes, 25 de octubre de 2011

Por su Gran Nombre nos ha elegido


Devocional # 63                                    25 octubre 2011

1 Samuel 12:22  Pues Jehová no desamparará a su pueblo por su grande nombre; porque Jehová ha querido haceros pueblo suyo.

Dios ha elegido su pueblo; esa es la razón por la que Él permanece con ellos y no los desampara. Lo ha escogido para amarlo, y lo ama a causa de su elección.

Su voluntad es la causa de la elección de su pueblo y esta misma elección es el motivo por el cual continuará en poniendo en él toda su bondad y toda su misericordia.
Abandonar a su pueblo sería un deshonor para su nombre, ya que esto sería dar a entender que se había equivocado en la elección y una prueba de la inconstancia de su amor.

La gloria del amor de Dios, es que nunca cambia, y esta gloria nunca puede ser empañada. Hagamos un inventario todos los testimonios de la bondad paternal de Dios y estaremos seguros de que jamás nos abandonará.

El que ha llegado hasta el extremo de hacernos pueblo suyo, nunca desmentirá su pacto de gracia. No ha obrado tantas maravillas en favor nuestro para dejarnos después. Su Hijo
Jesús ha muerto por nosotros y no ha muerto en vano. ¿Puede abandonar a aquellos por los cuales derramó su sangre? Si hasta ahora se ha complacido en nuestra elección para salvarnos, más complacencia tendrá en bendecirnos. El Señor Jesús no es un amigo caprichoso. Habiendo amado a los suyos, los ama para siempre.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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viernes, 21 de octubre de 2011

La Sabiduría de Dios Vs Sabiduría humana


                       Devocional # 62                    21 octubre 2011


1 Corintios 1:21  Ya que Dios, en su (Sabiduría), sabio designio, dispuso que el mundo no lo conociera mediante la sabiduría humana, tuvo a bien salvar, mediante la locura de la predicación, a los que creen.

El Apóstol Pablo dice que: “Dios se aseguró de que el mundo no lo conociera por medio de la sabiduría humana. Tomemos en cuenta estas palabras: “Dios, en su Sabiduría”, significa que Dios así lo planeó, que no pudiera ser ser conocido por medio del razonamiento humano.

Si por razonamiento propio el hombre conociera a Dios se podría jactar de haber atravesado la distancia entre Dios y el hombre. Superando la distancia no solo entre lo finito y lo infinito, sino también entre el pecado y la santidad. Para evitar este tipo de soberbia y jactancia, Dios no diseñó al mundo de esa manera. “Dios, en su Sabiduría”  se aseguró de no ser conocido mediante la “sabiduría” humana.

En la sabiduría de Dios, “agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”. Esta “locura de la predicación” es la Palabra de la Cruz, es decir, necedad a los ojos de los hombres, pero sabiduría a los ojos de Dios. Esta revelación de Dios a través de la “locura de la predicación”, nos lleva a vernos como pecadores desvalidos, nos lleva a arrojarnos a la misericordia de la gracia de Dios en Cristo.

La diferencia fundamental entre la “Sabiduría de Dios” y la sabiduría de los hombre es “La Gloria de Dios”. La Sabiduría de Dios hace que la gloria de la gracia de Dios sea Nuestro Tesoro Supremo, la Sabiduría de Dios llega a su manifestación culminante en la Cruz de Cristo, porque la Cruz  fue el camino de la salvación que humilla al hombre y exalta la Gracia de Dios, cuando la Sabiduría de Dios se revela al hombre su efecto es salvífico y hace por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos. Pero la sabiduría del hombre se deleita en ver al hombre como ingenioso, autosuficiente, auto-determinante, soberbio, vanidoso y el resultado de esta sabiduría humana es la muerte eterna.

Podemos reforzar ese pensamiento con estas Palabras de Jesús en el evangelio de Lucas: (Este pasaje lo analizaremos en el devocional siguiente)

Lucas 10:21  En aquel momento Jesús, lleno de alegría por el Espíritu Santo, dijo: "Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque habiendo escondido estas cosas de los sabios e instruidos, se las has revelado a los que son como niños. Sí, Padre, porque esa fue tu buena voluntad.

¿Eres sabio en tu propia sabiduría?

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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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lunes, 17 de octubre de 2011

El Espíritu Santo nos guarda para la venida del Señor Jesucristo

               Devocional # 61                  17 octubre 2011
 
1 Tesalonicenses 5:24 Fiel es el que os ha llama, el cual también lo hará.
¿Qué hará? Nos santificará en todo. Examinemos el versículo anterior. El Señor continuará su obra de purificación hasta que seamos perfectos.
23 Para «que vuestro espíritu y alma y cuerpo sea guardado entero sin reprensión para la venida de nuestro Señor Jesucristo».
No permitirá que abandonemos su gracia, ni que caigamos bajo el dominio del pecado. ¡Estos favores son inmensos! Bien hacemos en adorar al que nos da estos dones tan inefables.
¿Quién hará esto? El Señor que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable, de la muerte del pecado a la vida eterna en Cristo Jesús. Sólo Él puede venir del Dios de toda gracia.
¿Por qué lo hará? ¡Porque «es fiel»! Fiel a su promesa de salvar al creyente; fiel a su Hijo, cuya recompensa es que su pueblo sea presentado sin mancha delante de Él; fiel a su obra que ha comenzado en nosotros, por un llamamiento eficaz e irresistible.
Los santos pueden confiar no en su propia fidelidad, sino en la fidelidad de Su Señor.
¡Podemos tener un mes oscuro!. Afuera puede haber tinieblas; pero dentro de nosotros «el Espíritu Santo nos está santificando por completo».

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viernes, 14 de octubre de 2011

Dios destruirá la sabiduría de los sabios

                     Devocional # 60              14 octubre 2011
 
1 Corintios 1:19 Pues está escrito: destruiré la sabiduría de los sabios, y desecharé el entendimiento de los entendidos.
Este versículo constituye una amenaza para los sabios de este mundo, pero para el creyente sencillo es una promesa. Quienes de profesión son sabios, procuran destruir
la fe de los humildes; pero sus esfuerzos resultan inútiles.
Sus argumentos se quebrantan; sus teorías se desmoronan, y sus proyectos artificiosos quedan al descubierto antes que lleguen a tener cumplimiento. El Evangelio no ha sido aniquilado todavía, ni lo será mientras viva el Señor.
No podemos nosotros destruir la sabiduría de los sabios, ni es necesario que lo intentemos, porque la obra está en mejores manos que las nuestras. El mismo Señor dice:
«Destruiré», y Él nunca habla en vano.
Por dos veces declara su propósito en este versículo, y podemos estar ciertos de que no abandonará dicho propósito.
¡Dios sabe desbaratar toda la filosofía del «pensamiento moderno»! Toda su hermosa apariencia queda reducida. Está escrito que así será. ¡Señor, acelera el tiempo y haz que triunfe tu Palabra! ¡Amén, amén!
 
Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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lunes, 10 de octubre de 2011

Amas a Dios o lo desprecias

Devocional # 59                  10 octubre 2011

Mateo 6:24  "Ninguno puede servir a dos señores,  porque odiará al uno y amará al otro,  o estimará al uno y menospreciará al otro.  No podéis servir a Dios y a las riquezas.

Duras palabras que aquí nos presenta Jesús, un contraste muy fuerte entre Amor y odio:

En primer lugar me llama la atención el estatus de señor que le da al dinero.
En segundo lugar, viendo rápido podemos pensar que la palabra clave es servir, pero si pensamos un poco más allá, la palabra servir (a dos señores: Dios y el dinero), está supeditada a dos palabras antagónicas el Amor contra el odio, la lealtad contra el desprecio.

Para Jesús servir a Dios tiene sus raíces en amar a Dios, por eso la palabra clave de este pasaje es el amor, si amas a Dios le sirves, si no lo amas lo desprecias, no hay términos medios para el Señor, Jesús no está diciendo que nos quedemos pobres. Sino que el amor debe estar totalmente puesto en Dios. Este amor es totalmente exclusivo, vemos las palabras del salmista David: Salmo 73:25  ¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?   Y fuera de ti nada deseo (amo) en la tierra.

Amar a Dios es desearlo por sobre todas las cosas, admirarlo por sobre todas las cosas, buscarlo por sobre todas las cosas, amar a Dios es darle el valor de Especial Tesoro para nosotros, de tal forma que lo demás no tenga valor por tal de tenerlo a Él, según vimos las palabras del apóstol Pablo en el devocional # 56 en Filipenses 3.8. ...Todo lo tengo por basura por tal de ganar a Cristo.

Quisiera terminar esta reflexión con una oración que hiciera Agustín de Hipona en el siglo IV: “Te ama poco aquel que ama otra cosa además de Ti”. *

*Agustín, Confesiones libro 10, cao. 29*


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Pbro. Gilberto Flores Elizondo
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sábado, 8 de octubre de 2011

Su poder lo utilizó para llegar a mi

Devocional # 58                  7 octubre 2011

2Corintios 4:
5  No nos predicamos a nosotros mismos sino a Jesucristo como Señor; nosotros no somos más que servidores de ustedes por causa de Jesús.
6  Porque Dios, que ordenó que la luz resplandeciera en las tinieblas, hizo brillar su luz en nuestro corazón para que conociéramos la gloria de Dios que resplandece en el rostro de Cristo.

Dos pensamientos del apóstol Pablo me llaman la atención; Él solo predicaba a Jesucristo y se sabía servidor de la humanidad por causa de Jesús, precisamente por sentirse  con el compromiso de predicarlo, no quería promocionarse él para resaltar el Gran Tesoro que había encontrado, siguiendo el pensamiento del apóstol, todo era basura para él, por tal de agradarle a Cristo, pensamiento contrario a la era moderna, nos “predicamos” a nosotros mismos o nuestras iglesias como las “mejores” enterrando así el Mejor Tesoro; a decir Cristo.

El otro pensamiento es que el apóstol sabía en quien creía; el mismo creador del universo quien el mismo poder de su Palabra que utilizó para crear el universo, lo utiliza para hacer resplandecer su Luz en nuestros corazones; gran valor tiene este Gran Tesoro que encontró a Pablo. Es el mismo Cristo que está en nuestras vidas.

Prediquemos a ese Cristo como dijera Pablo: no a nosotros mismos, es el gran Creador del Universo, el que creó las pléyades, la osa mayor y menor, las estrellas, y todo el firmamento, el mismo que utilizó ese poder para que su Luz Admirable, resplandeciera en nuestras vida. 
¡¡¡¡¡Bendito seas Señor Jesús!!!!




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