jueves, 18 de octubre de 2012

Amor que no falla en Su Creación y en Su Elección


Devocional # 39      18 de octubre 2012

Alabanzas al Creador
1 Ustedes los justos, ¡alégrense en el Señor! ¡Hermosa es la alabanza de los hombres íntegros! 2 ¡Aclamen al Señor con arpas! ¡Alábenlo al son del salterio y del decacordio! 3 ¡Canten al Señor un cántico nuevo! ¡Canten y toquen bien y con regocijo! 4 Ciertamente, la palabra del Señor es recta; todo lo hace con fidelidad. 5 El Señor ama la justicia y el derecho; la tierra está llena de su misericordia. 6 Con su palabra, el Señor hizo los cielos; todo lo creado lo hizo con un soplo de su boca. 7 El Señor junta el agua del mar en una vasija, y pone en un depósito las profundidades del mar. 8 ¡Que toda la tierra tema al Señor! ¡Que le teman todos los habitantes del mundo! 9 El Señor habló, y todo fue creado; el Señor ordenó, y todo apareció. 10 El Señor anula los planes de las naciones; frustra las maquinaciones de los pueblos. 11 Pero los planes y pensamientos del Señor permanecen por todas las generaciones. 12 Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor, ¡el pueblo que él escogió como su propiedad! 13 El Señor observa desde los cielos; desde allí vigila a toda la humanidad. 14 Desde el lugar de su residencia contempla a todos los habitantes de la tierra. 15 El Señor formó el corazón de todos ellos, y pondera atentamente todos sus hechos. 16 El rey no se salva por tener un gran ejército, ni se escapa el valiente por tener mucha fuerza. 17 Ningún caballo es garantía de salvación; y aunque tiene mucha fuerza, no salva a nadie.
18 El Señor mira atentamente a quienes le temen, a quienes confían en su misericordia, 19 para librarlos de la muerte y darles vida en tiempos de escasez. 20 Con el alma esperamos en el Señor, pues él es nuestra ayuda y nuestro escudo. 21 Por él se alegra nuestro corazón; confiamos en su santo nombre. 22 Señor, sea tu misericordia sobre nosotros, tal y como lo esperamos de ti.


Salmo 33: Amor Que No Falla en Su CREACIÓN y en Su ELECCIÓN

Esta elegante poesía empieza y termina con estrofas de seis líneas (1–3, 20–22) que encierran cuatro estrofas de cuatro líneas (4–7, 8–11, 12–15, 16–19). La estrofa inicial y la final respectivamente claman por, y afirman, el gozo en el Señor. Las estrofas de ocho líneas van en pares: el primer par enfoca la obra de Dios en la creación, su misericordia que no falla (5) como el factor que todo lo llena y su gobierno soberano sobre todas las naciones (10) como su corolario; el segundo par enfoca la elección (12) y el lugar especial dentro de la providencia divina de quienes ponen su esperanza en su misericordia que no falla (18). Apropiadamente, es con una oración pidiendo esta misericordia que no falla, que termina el Salmo (22), porque para vivir con plena satisfacción en el mundo de Dios y como pueblo de Dios tenemos que estar a una con el Espíritu que anima a ambos.
La voz de alabanza. Canto y alabanza, acción de gracias (alabanza, “dar gracias”), música instrumental y ruidosas aclamaciones (hacedlo bien, “con fuerte aclamación”): todos contribuyen a la respuesta hermosa, adecuada al Señor por parte de quienes (son justificados por Cristo) (justos) son de corazón recto ante él en sus vidas. Cántico nuevo, no tanto un canto novedoso como de nueva frescura, motivado por la renovada percepción de quién y qué es él. La auténtica alabanza requiere este sentido renovado de Dios, tanto como necesita el fervor del gozo y la habilidad del buen músico.
Porque explica el llamado anterior a alabar: (i) el carácter de la palabra del Señor, del Señor y de la tierra (4, 5); (ii) la obra del Señor en la creación (6, 7); (iii) la reverencia que el Creador merece (8, 9); (iv) la soberanía del Señor, anulando (10) y ordenando (11). Las dos estrofas de esta sección (4–7, 8–11) se unen en el tema de la suprema facilidad con la cual el Creador domina la creación física y la personal. El es el dueño de las aguas (7) y los pueblos (10); las aguas hacen lo que él ordena; los pueblos están a su merced. 4, 5 Antes que podamos entender el mundo que nos rodea tenemos que conocer a su Creador a través de Cristo. Su palabra (el instrumento de la creación, 6) es recta,  en su expresión e intención, perfecta en su valor moral e impecable en su verdad. Con verdad.  Se nos asegura, que el Creador es fiel a su propio carácter y fiel al bienestar de su creación. Misericordia que no falla.
Dios en la elección. Dentro de su creación, el Creador escogió a un pueblo para ser su posesión (12) y, al poner a todos los vivientes sobre la tierra bajo su vigilancia (13–15), nota lo inútil de las providencias mundanas para tener seguridad (16, 17): ni posición (rey), ni poder (ejército), ni valentía, (fuerza), ni equipo (caballo) pueden librar. Pero comparada con esta pompa del Estado, las fuerzas armadas y los materiales de guerra, ¡cuán sencilla es la protección que él da a los suyos! Su ojo y su misericordia (18), son suficientes para vencer las amenazas eternas (muerte) y temporales (hambre) y es superior a ellas (19).
El es nuestra ayuda y nuestro escudo (20);  gozo y confianza. El corazón gozoso es el producto de haber confiado, confianza que descansa sobre lo que el Señor ha revelado de sí (nombre) y sobre su carácter (santo), por lo que nunca puede negarse a sí mismo.
La misericordia es intrínseca a todo lo que él hace (5) y la porción específica de su pueblo elegido (18). Orar que esta misericordia sea sobre nosotros abarca todas nuestras necesidades en una sola petición.


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
tel: (81) 8352 6165

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           gil@enelinternet.net


lunes, 8 de octubre de 2012

Acción de gracias por el perdón recibido


Devocional # 38      8 de octubre 2012


Acción de gracias por el perdón recibido

Salmo 32
1  Dichoso aquél cuyo pecado es perdonado, y cuya maldad queda absuelta. 2 Dichoso aquel a quien el Señor ya no acusa de impiedad, y en el que no hay engaño. 3 Mientras callé, mis huesos envejecieron,  pues todo el día me quejaba.  4 De día y de noche me hiciste padecer; mi lozanía se volvió aridez de verano. 5 Te confesé mi pecado; no oculté mi maldad. Me dije: «Confesaré al Señor mi rebeldía», y tú perdonaste la maldad de mi pecado. 6 Por eso, todos tus fieles orarán a ti mientras puedas ser hallado. Aunque sufran una gran inundación, las aguas no los alcanzarán. 7 ¡Tú eres mi refugio! ¡Tú me libras de la angustia! ¡Tú me rodeas con cánticos de libertad! 8 «Yo te voy a hacer que entiendas. Voy a enseñarte el camino que debes seguir, y no voy a quitarte los ojos de encima. 9 No seas como los caballos ni como las mulas, que no quieren obedecer, y que hay que sujetarlos con la brida y el freno, pues de lo contrario no se acercan a su amo.» 10 Al malvado le esperan muchas aflicciones, pero la misericordia del Señor acompaña a todos los que confían en él. 11 Ustedes, los hombres justos, ¡alégrense y regocíjense en el Señor! Y ustedes, los de recto corazón, ¡canten todos llenos de alegría!

El Salmo se considera realmente un himno de acción de gracias por el perdón ya recibido; además incluye instrucción al estilo sapiencial (vv. 1, 2, 9, 10).

Este era el salmo favorito de Agustín, y Lutero lo llamaba un salmo paulino. Ciertamente el gozo verdadero es estar en comunión con Dios. No hay nada más terrible que tener a Dios como enemigo, pero casi todo el mundo prefiere no pensar en el juicio de Dios. Así viven en un letargo fatal. No reconocen que Dios les ama y que su primer acto de mostrar amor es proveerles el perdón de sus pecados, si se humillan y se entregan a Él.

El salmista usa tres palabras para pecado en estos dos versículos: transgresión (pesha), “rebelión”; pecado (jata?), “errar el blanco”; e iniquidad (von) “maldad”, “culpa”. Las usa como sinónimos, lo que es típico del paralelismo en la poesía hebrea, pero a la vez cada uno agrega un aspecto distinto para cubrir todo lo que es pecado.

Como el párrafo da tres palabras para el pecado, también da tres explicaciones del perdón: perdonado, cubierto y no atribuye iniquidad. El ser humano no debe intentar cubrir su pecado, pero Dios sí lo puede cubrir con la sangre de su sacrificio expiatorio. Esta verdad, con el hecho de no atribuir iniquidad presenta la misma verdad que Pablo explica como la justificación (Rom_4:6-8; también 2Co_5:19).

Según el NT el que cree en Cristo Jesús es justificado por la fe, es decir, ya Dios no le atribuye iniquidad, lo declara justificado, sin culpa delante de él.

El párrafo predica un doble mensaje: una advertencia a los que no reconocen su necesidad de perdón, y un consuelo y base de confianza al que ha recibido el perdón de Dios. Así la frase en cuyo espíritu no hay engaño también tiene doble aplicación, pues, para el primero, debe saber que no puede engañar a Dios, tiene que ser sincero; el arrepentimiento no puede ser a medias. Y para el segundo, el secreto de la transparencia en la vida es saber que está perdonado y que Dios no le atribuye iniquidad. Todo creyente en Jesucristo debe saber esto.

Estos dos versículos muestran la lucha interna que sufre cualquier ser humano que ha pecado, sea creyente o no. Pero aquí es claro que el salmista había conocido la comunión con Dios, pero aquella dulce comunión había sido rota por algún pecado. Por cierto el no creyente a menudo es insensible a su condición perdida y no siente tanto la falta de comunión con Dios.

Mientras callé (v. 3). Callarse cuando uno debe confesar puede ser engaño (v. 2). No vale la pena postergar la confesión y el arrepentimiento. El pecado es como una serpiente; cuando uno la cubre la mantiene caliente para que pueda picar y herir más fuerte, inyectando más veneno de maldad. Un creyente que ha conocido la paz y la comunión con Dios siempre estará triste e inquieto cuando está rota esta comunión, pues el Espíritu Santo que mora adentro estará redarguyéndole.

Que el Espíritu Santo nos redarguya a hacer lo correcto delante de Cristo que es el que vino a cubrir con la sangre de su sacrificio expiatorio nuestro pecado y declararnos justos delante de Él.

Bendito sea el por los siglos ¡Amén!


Bendiciones
Pbro. Gilberto Flores Elizondo
Pastor de la Iglesia: Camino Verdad y Vida
Iglesia Nacional Presbiteriana
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